jueves, 6 de mayo de 2010

CARTA DE MARIA MONTESSORI

En 1947, escribiría una carta muy significativa a los jefes de gobierno de todos los países, de la que extraemos lo siguiente:

La infancia me ha mostrado que la humanidad es una. Todos los niños hablan a la misma edad, no importando su raza ni sus circunstancias o las de sus familias; caminan, cambian dientes, etc.. en ciertos periodos determinados de su vida. En otros aspectos también, especialmente en el campo psicológico, son similares emocionándose de la misma manera.
Los niños son los constructores de los hombres que edificarán, tomando del entorno, el lenguaje, la religión y las pecularidades no sólo de la raza, no sólo de la nación, sino también del barrio en donde se desarrollan.
El niño es el ciudadano olvidado, y si alguna vez, los hombres de Estado y los pedagogos llegasen a comprender la extraordinaria fuerza que late en la infancia por lo bueno o por lo malo, siento que le darían prioridad por encima de cualquier otra cosa. Todos los problemas de la humanidad dependen del hombre, y si no se le presta atención durante su construcción, los problemas nunca serán resueltos.
Al hombre se le debe cuidar su desarrollo desde el inicio de su vida, cuando los grandes poderes de la naturaleza están trabajando. Sólo entonces podremos tener esperanzas de idear una mejor comprensión internacional.